28 sept 2010

Madres de Plaza de Mayo en nuestra escuela

El pasado 27 de septiembre recibimos en la escuela a Carmen Loreficel, Madre de Plaza de Mayo y a Horacio Pietragalla, el 75º nieto recuperado por las Abuelas. Ambos ofrecieron su doloroso pero necesario testimonio acerca de los sucedido durante la dictadura cívico-militar que comenzó el 24 de marzo de 1976.

Horacio nos contó que durante muchos años se llamó César, por el nombre que le pusieron sus apropiadores cuando lo recibieros de manos de su padrino, un oficial del ejército. Sus padres habían sido militantes montoneros y fueron secuestrados y asesinados cuando el tenía unos pocos meses. Horacio remarcó la acción criminal de los militares destacando que "...no sólo secuestraron y ejecutaron a mis padres, además me negaron la posibilidad de seguir mi vida con mi familia biológica, me entregaron a otros como si fuera un objeto...".



Ante los alumnos de 3ro, 4to y 5to año que seguían su relato con mucha atención, contó además que en su adolescencia comenzó a sentir fuertes contrastes ante sus supuestos padres. Además de las diferencias físicas (con humor, lo ejemplificó con el hecho de que él medía casi dos metros y ellos, no...) no encontraba nada que vincule su carácter con el de sus apropiadores. Además, existían demasiados huecos a la hora de contar su historia personal, en particular de su nacimiento. Fue así que una suma de factores le hicieron sospechar fuertemente sobre la veracidad de su historia y se acercó en marzo de 2003 a las Madres de Plaza de Mayo para hacerse los estudios genéticos que le permitiesen conocer con certeza su verdadero origen.
Así, en sólo 15 días y gracias a la oportuna ayuda de su novia que reconoció a sus padres por fotos publicadas en Internet (ver archivo de Madres de Plaza de Mayo), Horacio recuperó su verdadera identidad, la que le robaron durante muchos años luego de matar a sus padres.


Carmen Loreficel comenzó su relato diciendo "...en cada uno de ustedes veo a mi hijo...". Y nos emocionó con su dolor y su fortaleza, al contarnos cómo su hijo Enrique fue secuestrado (Enrique Jorge Aggio, de 29 años, detenido desaparecido el 31 de julio de 1976 y encontrados sus restos en abril de 2010) y cómo luchó y buscó junto a las otras Madres de Plaza de Mayo el paradero de los 30.000 desaparecidos por la Dictadura Militar.
Con emoción escuchamos a Carmen revivir su desesperación por recuperar a su hijo y su impotencia ante la indiferencia cómplice de gran parte de la sociedad de aquel entonces. Y con admiración recibimos el testimonio de su lucha junto al resto de las Madres, que jamás tuvo como objetivo venganza sino justicia. Esa misma justicia que sus hijos persiguieron.
Con gran generosidad nos acompañó un buen rato y tuvimos así la fortuna de poder conversar con ella, preguntarle nuestras dudas, y expresar nuestro agradecimento y admiración por su lucha y la de las Madres.
Nazarena (en la imagen) nos regaló con su voz sentidas canciones que permitieron crear el clima necesario para vivir plenamente el encuentro.


Si queres conocer más acerca de lo que pasó el 24 de marzo de 1976, visitá este sitio:

Ver todas las fotos:


5 comentarios:

  1. Simplemente... una gran lección de vida.

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  2. En lo personal fue un momento único,jamás vivido.Un pedazo de Historia, la verdadera Historia, quien quiera oir que oiga!.Escuchar el relato de los verdaderos protagonistas!Muy fuerte.Es un privilegio para "la 4" contar con compañeros capaces de organizar semejante acontecimiento. Los felicito y admiro. Martha.

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  3. Como ya se dijo, fue una ocasión única de conocer la historia de primera mano. Pero por otro lado, creo que también ha sido una oportunidad valiosisima para que todos, y en especial nuestros jóvenes reflexionen acerca de lo que significa la justicia. Justicia no es venganza, no implica violencia, es la justa medida que no nos pone a la altura del victimario.
    El dolor que se siente ante un atropello semejante puede ser una piedra en el camino para que caigamos o un escalón para subir más alto.

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  4. Excelente, no solo los felicito por el valor y el compromiso con nuestra historia sino tambien por esforzarse cada dia por dar lo maximo de si mismos.
    Felicito y admiro a los profes organizadores.
    Es un orgullo saber que existen compañeros asi,,,,,,,,,,,,,,,,,,,

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  5. cuando abracé a esa abuela sentí que algo se me curaba en el alma...Gracias escuela 4 de Lugano...Marta sarasino.

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